Poblaciones vulnerables ante la salud y el trabajo

En este libro, los autores aportan un acercamiento actual de la problemática de la vulnerabilidad, desde diversos contextos geográficos; con variedad de enfoques metodológicos, representan avances importantes en el conocimiento de la pobreza y la desigualdad de la  realidad mexicana. Señalan que las dimensiones donde se presenta la vulnerabilidad son múltiples, sin embargo solamente abordan dos de estas dimensiones: el trabajo y la salud. Éstos son analizados mediante seis grupos poblacionales: niños, jóvenes, indígenas, mujeres, sexoservidoras y migrantes. Aunque advierten que la población que vive con VIH/Sida, la población LGBT (lésbico-gay-bisexual-transgénero), los ancianos y las minorías en general, requieren ser indagadas porque forman parte de estos grupos vulnerables.

La estructura del libro presenta siete miradas de autores que con base en un recorrido por los conceptos de pobreza, marginación, exclusión social, vulnerabilidad y su relación con otros conceptos asociados dan uniformidad al mismo. Analizan  la situación actual de los niños, niñas y adolescentes, bajo un enfoque de derechos para el estudio del fenómeno de la vulnerabilidad. Esta aproximación novedosa demuestra la existencia de una infancia mexicana en situación muy precaria al tener pocas posibilidades de desarrollo físico, mental y emocional por estar en condiciones de gran desventaja en cuanto a oportunidades de carácter escolar, de salud y en contextos familiares constreñidos con nulos o muy pocos recursos.

Se examina la situación de los jóvenes con la premisa de que los problemas que este grupo poblacional tiene con relación al trabajo y la salud, inciden de manera negativa en su integración social por el aumento del desempleo lo cual inhibe la movilidad social y trae como consecuencia  la reproducción de la pobreza, de la inseguridad y del riesgo. Esta situación está asociada al aumento del índice de mortalidad juvenil por accidentes y agresiones, además del incremento de la violencia y por el uso frecuente de drogas resultando así un círculo perverso en donde  a los jóvenes se les dificulta encontrar nuevos espacios de movilización.

Para el análisis de la población indígena parten del concepto de vulnerabilidad social en su acepción de riesgo para visibilizar a los actores con daños a futuro y con procesos sociales que ocurren y han ocurrido en el pasado, de manera que el riesgo deja de verse como algo hipotético,  porque ha ocurrido y seguirá ocurriendo, si no se actúa de manera activa. Visualizan también  a   los pueblos aborígenes no sólo como una población en riesgo sino como sujetos capaces de modificar sus relaciones y de enfrentar el riesgo con la capacidad de producir sociedad, pese a que están en gran desventaja, en comparación con el resto de la población. Señalan que esta población  logra mantener un sistema de socialización que le permite construir comunidad con base en el trabajo colectivo lo que arraiga el sentimiento de pertenencia al grupo y contribuye a la construcción simbólica de un espacio común.

En el caso de las condiciones de vulnerabilidad de las mujeres mexicanas se hace un análisis de la participación social y la situación de salud; particularmente, la situación de la mortalidad materna, específicamente con niveles altos de mortalidad materna en los estado de Guerrero, Chihuahua y Oaxaca para que mediante un registro de causales de muerte materna no sólo identifican  la falta de acceso a los servicios de salud, sino  de la deficiente calidad de los servicios médicos y la atención que recibieron las mujeres. Además en el tema laboral, las mujeres trabajan en condiciones limitadas y no tienen una vida de bienestar por la falta de instancias a las que puedan asirse. Aunque en estados como Guerrero, Oaxaca o Puebla, viven en peores condiciones.

Respecto a la vulnerabilidad ante la salud y el trabajo, añaden el tema de  la  migración para analizar las diferencias entre nativos e inmigrantes de América Latina y El Caribe con relación  a la incidencia de trastornos mentales en población desempleada.  Los autores señalan que del periodo 1999 al 2009 aumentó el porcentaje de personas con problemas de salud mental – leves y severos – paralelamente con el incremento de las tasas de desempleo; sin embargo, no son los grupos que presentan mayores niveles de desempleo quienes padecen en mayor medida problemas de salud mental, por lo que es necesario indagar más sobre las diferencias étnicas, los rangos de edad, entre otros.

En relación al estudio de las condiciones de vulnerabilidad en que operan las trabajadoras del sexo, tanto mujeres  como transgéneros en la ciudad de Toluca, en un periodo de segundo semestre de 2010 al  primero del 2011 y con base en los conceptos de:  la identidad de género y la vulnerabilidad se analizan a profundidad, con un enfoque cualitativo,  nueve entrevista a mujeres y ocho a transgéneros, para asegurar que hay  mayor intensidad en las agresiones hacia las personas transgénero que hacia las mujeres.

Finalmente se destaca que hay una mayor respuesta defensiva de los transgéneros que de las mujeres trabajadoras sexuales porque las causas de ingreso a este tipo de trabajo va precedido de bajos salarios, aumento de responsabilidades familiares por divorcio o separación, en el caso de las mujeres. En el caso de los transgéneros, la discriminación por su identidad sexual, les dificulta su inclusión laboral, por lo que recurren al trabajo sexual. La violencia contra las trabajadoras del sexo, señala el autor, forma parte de la violación de los derechos humanos esenciales, así como la falta de políticas públicas que proteja a esta población vulnerable.